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- LA RECETA DE LOS JUEVES: Sopa de Lima – Tradición Aromática de Mérida, Yucatán
Hay platos que no solo alimentan: también cuentan una historia. La sopa de lima es uno de ellos. En las cocinas de Yucatán, esta preparación representa la síntesis perfecta entre las raíces mayas, la herencia colonial y los productos únicos de la región. No es una simple sopa; es un relato en cuchara del mestizaje culinario que define al sureste mexicano. Tradicionalmente, se elaboraba con guajolote o pavo de monte, y con el paso del tiempo se adaptó al pollo doméstico sin perder su esencia. Lo que la hace especial es el uso de la lima yucateca (lima agria) , una variedad con notas florales, sutilmente dulces y con una acidez equilibrada que no se encuentra en otras frutas cítricas. A esto se suman especias como el clavo, la pimienta gorda y el epazote , que transforman un caldo claro en un perfume cálido y profundo. El toque final lo dan las tiras de tortilla frita, crujientes, que aportan textura, tradición y la memoria de los comales de antaño. Esta sopa no es solo para los días frescos; es para los días en los que se busca reconectar con lo esencial. Ingredientes (para 4 a 6 porciones) Para el caldo base: 1 pechuga de pollo entera o 4 muslos con piel y hueso 10 tazas de agua 1 cebolla blanca partida por la mitad 4 dientes de ajo pelados 2 hojas de laurel 4 granos de pimienta negra 2 clavos de olor 2 pimientas gordas (allspice) 1 ramita de canela pequeña 1 ramita de epazote fresco (o 1 cucharadita seco) Para el sofrito: 1 tomate mediano, finamente picado 1 cebolla blanca pequeña, finamente picada 1 cucharada de aceite vegetal Para terminar la sopa: El jugo de 3 limas (preferentemente limas yucatecas o limas mexicanas tipo Key lime) Ralladura de 1 lima 1 cucharadita de sal (ajustar al gusto) Tiras de tortilla frita (para servir) Aguacate en rebanadas (opcional) Hojas frescas de cilantro (opcional) Preparación paso a paso 1. Elaboración del caldo: En una olla grande, coloca el pollo junto con el agua, la cebolla, los dientes de ajo, las hojas de laurel, las pimientas, el clavo, la canela y el epazote. Lleva a hervor a fuego medio-alto y, una vez que comience a hervir, retira con una cuchara la espuma que se forma en la superficie. Baja el fuego y deja hervir suavemente durante unos 40 minutos o hasta que el pollo esté completamente cocido y el caldo haya tomado un aroma especiado. 2. Colado y desmenuzado: Retira el pollo del caldo y reserva. Cuela el caldo para eliminar las especias y verduras, y regrésalo limpio a la olla. Desmenuza el pollo en tiras medianas y reserva. 3. Sofrito y ensamblaje del sabor: En una sartén mediana, calienta la cucharada de aceite y sofríe la cebolla picada hasta que esté translúcida. Añade el tomate picado y cocina hasta que esté completamente integrado y suave. Incorpora este sofrito al caldo colado. 4. Integración del pollo y cocción final: Agrega el pollo desmenuzado a la olla con el caldo. Añade sal al gusto y deja cocinar a fuego bajo durante 10 minutos más para que todos los sabores se integren. 5. Toque cítrico: Justo antes de servir, agrega el jugo de lima y la ralladura. No hiervas la sopa después de este paso para conservar el frescor y el aroma de la lima. 6. Servir: Sirve caliente en platos hondos. Agrega encima un puñado de tiras de tortilla frita y, si lo deseas, unas rebanadas de aguacate y unas hojas de cilantro fresco. Consejos de chef yerika El caldo: Usa pollo con hueso y piel para obtener un fondo más sabroso y gelatinoso. El sabor final depende en gran medida de este paso inicial. La lima: Si no encuentras lima yucateca, usa Key lime o una mezcla de lima y un toque de naranja agria para imitar el perfil aromático original. Las especias: Tuéstalas ligeramente en una sartén seca antes de usarlas para potenciar su sabor. El epazote: No lo omitas. Es un ingrediente esencial que aporta el sabor herbal característico del sur de México. Las tortillas: Si puedes, fríe tus propias tiras de tortilla de maíz. Evita usar totopos comerciales; el sabor y la textura no son los mismos. Esta sopa resume lo mejor de la cocina tradicional: ingredientes humildes, técnicas ancestrales y un resultado que reconforta desde el primer sorbo. Es un plato que se disfruta lento, con respeto por su origen y por el clima cálido que le dio vida. En cada taza hay un recuerdo de Mérida, de los patios sombreados y las mesas largas donde la comida se sirve con orgullo y con historia.
- Easter: Entre el Conejo, la Milpa y la Mesa que Nos Une
Una reflexión sobre tradición, tierra y espiritualidad compartida en un día de reencuentro y armonía El Domingo de Pascua en Estados Unidos es una celebración marcada por huevos de colores, brunches familiares y la imagen del Easter Bunny repartiendo dulces. Pero bajo esa apariencia de ligereza festiva, se encuentra una historia más compleja: una festividad que mezcla raíces religiosas, transformaciones culturales y nuevas búsquedas de significado. Para las comunidades latinas —especialmente mexicanas— que han hecho de Estados Unidos su hogar, la Pascua se convierte en un cruce de caminos entre costumbres heredadas y nuevas formas de celebrar. La Pascua en Estados Unidos: espiritualidad y consumo En su origen, la Pascua cristiana celebra la resurrección de Jesús y la promesa de vida eterna. En la cultura estadounidense, esa solemnidad convive con expresiones más comerciales: huevos de chocolate, canastas decoradas, cacerías infantiles y menús de brunch donde brillan el jamón glaseado, los hot cross buns o el carrot cake. En muchas casas, la misa dominical va seguida de un picnic en el jardín y sesiones de fotos con niños disfrazados de conejos. Esta visión del Easter, profundamente influenciada por tradiciones anglosajonas y protestantes, también ha evolucionado en contacto con otras culturas. Hoy, en ciudades como Los Ángeles, San Antonio o Chicago, la Pascua no es solo un evento religioso, sino también una oportunidad para las familias migrantes de tejer nuevos rituales, incorporar sabores propios y resignificar la festividad desde la raíz. El eco de la Pascua en México: entre la fe y la tierra Mientras en Estados Unidos la Pascua tiende a mirar hacia el cielo y la infancia, en México la Semana Santa está profundamente conectada con la tierra, con el trabajo agrícola y con los ciclos de la milpa. En muchas comunidades rurales, la Pascua es tiempo de agradecimiento a la tierra por la siembra, de ayuno simbólico y de cocina ancestral. Aquí no hay conejos de chocolate, pero sí hay mole con romeritos, tortitas de camarón con nopales y capirotada —platillos donde el maíz, los quelites y los frutos secos actúan como símbolos vivos de memoria y resistencia. La milpa —ese sistema agrícola indígena basado en el cultivo intercalado de maíz, frijol, calabaza, chile y quelites— no solo alimenta, también conecta. Nos recuerda que la comida es territorio, que cocinar es un acto de identidad, y que celebrar es también cuidar lo que nos sostiene. La Pascua mexicana, aunque impregnada de cristianismo, es también un tiempo para honrar esa milpa, sus frutos y su sabiduría. Un punto de encuentro: migración, cocina y resignificación Para muchas familias mexicanas en Estados Unidos, la Pascua es una fusión inevitable. Se hornea pan de zanahoria junto con tortillas de maíz. Se esconden huevos plásticos en jardines donde también crecen tomatillos. Se sirve mole al lado de espinacas al ajillo. El brunch se transforma, así, en un espacio donde convergen dos mundos: el de la celebración anglosajona y el de la cocina de la abuela. En estos nuevos rituales híbridos, la milpa migra simbólicamente. Se transforma en jardines comunitarios, mercados latinos, recetas adaptadas al paladar del norte. La espiritualidad cristiana encuentra eco en prácticas como sembrar, compartir alimentos y honrar a los antepasados. Incluso el símbolo del huevo, tan central en el Easter estadounidense, puede resignificarse como el ciclo de la semilla, de la fertilidad, del renacer agrícola. La Pascua como territorio cultural compartido Hablar de Pascua hoy es hablar también de diáspora, de identidad fluida, de cocinas que se mezclan. En Estados Unidos, el Easter deja de ser una tradición estrictamente religiosa o comercial, y se convierte —para muchos— en un escenario de diálogo entre culturas. No es coincidencia que tantos chefs latinos hoy exploren platillos que toman lo mejor de ambas orillas: un burrito de desayuno con salsa de romeritos, una quiche con calabacitas y epazote, una capirotada reinterpretada con pan brioche. La tradición de la milpa, aunque aparentemente ajena al contexto urbano estadounidense, sigue viva en cada familia que guarda semillas, que cocina desde la raíz, que honra la mesa como un altar. La Pascua, entonces, se vuelve más que una fecha: se vuelve una conversación entre el pasado y el presente, entre la tierra y lo espiritual, entre lo que fuimos y lo que estamos creando. La Pascua como territorio cultural compartido 1. Tacos de Quelites con Queso Fresco Inspiración: Los quelites (como verdolagas o quintoniles) han sido parte esencial de la milpa desde tiempos prehispánicos. Ingredientes: 2 tazas de quelites (verdolagas, pápalo o quintonil) 1 diente de ajo 2 cucharadas de cebolla picada 1 cucharada de aceite Sal al gusto 4 tortillas de maíz Queso fresco desmoronado Preparación rápida: Saltea el ajo y la cebolla en aceite hasta que se acitrone. Agrega los quelites y saltea por 3 a 5 minutos hasta que estén tiernos. Sazona con sal. Sirve en tortillas calientes y espolvorea con queso fresco. Tip de Chef Yerika: Añade unas gotas de limón y una salsa verde cruda para resaltar su sabor herbal. 2. Ensalada de Nopales con Semillas de Calabaza Inspiración: Platillo de cuaresma fresco y simbólico, con productos esenciales de la milpa: nopal, chile y pepita. Ingredientes: 1 taza de nopales cocidos y escurridos 1 jitomate en cubos 1/4 de cebolla morada en tiras finas 2 cucharadas de pepitas tostadas 1 cucharada de aceite de oliva 1 cucharada de jugo de limón Sal al gusto Preparación rápida: Mezcla los nopales con jitomate, cebolla, pepitas, aceite y limón. Sazona con sal y sirve fría. Tip de Chef Yerika: Si deseas, añade unas rebanadas de aguacate o un poco de chile serrano fresco. 3. Pan de Capirotada Exprés Inspiración: Un guiño a la tradicional capirotada, pero en versión rápida para quienes celebran en casa sin mucho tiempo. Ingredientes: 4 rebanadas de pan bolillo duro o pan de caja 1 taza de leche vegetal o regular 2 cucharadas de piloncillo rallado o azúcar mascabado 1 cucharadita de canela en polvo 2 cucharadas de pasitas 1 cucharada de nuez picada 1 cucharada de mantequilla Preparación rápida: Derrite la mantequilla en sartén, tuesta ligeramente el pan. Aparte, calienta la leche con el piloncillo y la canela hasta que se disuelva. Vierte sobre el pan en una cazuela o sartén, agrega las pasas y nueces por encima. Cocina a fuego bajo 5 minutos hasta que se absorba. Tip de Chef Yerika: Puedes hornearlo 10 minutos a 180°C para darle un acabado crujiente. Pascua es renacimiento. Pero también es reencuentro. Entre campos de maíz y jardines suburbanos, entre la cruz y la semilla, entre el mole y el pastel de zanahoria, se construye una nueva tradición. Una tradición que no borra la anterior, sino que la expande, la resignifica y la comparte. Porque en tiempos de migración, la memoria también se celebra en la cocina.
- California Burrito – Receta Sorpresa por Chef Yerika
Un clásico californiano reinventado con sabor, textura y carácter latino Cuando trabajaba brunches en cocinas con ritmo intenso en California, noté que muchos comensales buscaban algo que combinara lo reconfortante de lo americano con un giro más sabroso y auténtico. El burrito, ese envoltorio cálido de harina, siempre era uno de los platos más pedidos. Pero con el tiempo entendí que no bastaba con repetir fórmulas: los clientes querían sabor, textura y una historia que se sintiera única. Así nació esta receta, no de un solo momento, sino de una serie de observaciones en la línea caliente, de charlas con cocineros mexicanos, venezolanos y estadounidenses, y de pruebas que a veces fallaban… y otras veces brillaban. Este burrito representa esa evolución: honra lo clásico —como las papas hash brown, el tocino y el queso cheddar fundido— pero lleva un sello muy personal en cada capa. El "American Burrito" que presento hoy no nació de una receta heredada ni de una escuela de alta cocina. Nació del servicio. De estar allí, detrás de la plancha, escuchando a los comensales , entendiendo el porqué de sus preferencias y cruzando eso con mi manera de ver la cocina: como un medio de expresión, pero también como un puente entre culturas. Ingredientes (para 2 burritos grandes) Base: 2 tortillas grandes tipo flour tortilla (30 cm) 1 taza de papas hash brown (ralladas y doradas) 4 huevos 4 tiras de tocino o panceta ahumada 1/2 taza de queso cheddar rallado Salsa sorpresa: 2 cucharadas de mayonesa 1 cucharadita de chipotle en adobo 1 cucharadita de miel de maple Gotas de limón Sal al gusto Vegetales: 1/4 de aguacate en láminas 1/2 taza de espinaca baby salteada 1/4 taza de cebolla morada caramelizada Toque final: Jalapeños encurtidos al gusto Cebollín picado Mix de semillas tostadas (opcional, para textura) Preparación Cocina los elementos principales: Dora las papas tipo hash brown hasta que estén crujientes. Fríe el tocino hasta que quede dorado y retira el exceso de grasa. Bate los huevos con sal y cocínalos estilo revuelto, cremosos. Prepara la salsa sorpresa: Mezcla mayonesa, chipotle, miel de maple, limón y sal. Debe quedar cremosa, con un balance entre dulce, ahumado y picante. Calienta las tortillas: Pásalas por un comal caliente por unos segundos para que estén maleables. Arma el burrito: Coloca en el centro de la tortilla: una cama de papas, huevo, tocino, queso, espinaca salteada, aguacate, cebolla caramelizada y un poco de salsa. Enrolla firmemente doblando los extremos hacia adentro. Dora el burrito (opcional): Puedes pasarlo por la plancha para sellar la tortilla y que el queso se derrita aún más. Sirve con estilo: Corta a la mitad en diagonal. Agrega encima un hilo de salsa, cebollín fresco y algunas semillas para textura crujiente. Tips de CHEF YERIKA Si lo sirves en brunch o food truck, acompaña con un dip de sour cream y limón o con ensalada de col con manzana verde. Puedes sustituir el tocino por champiñones portobello salteados para una versión vegetariana deliciosa. Este burrito también se puede congelar y recalentar, ideal para meal prep o menús para llevar. Este American Burrito Receta Sorpresa no es solo un platillo: es una experiencia de sabores reconfortantes con un alma atrevida. Es perfecto para aquellos que buscan lo familiar, pero con un toque inesperado que lo hace inolvidable.