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LA RECETA DE LOS JUEVES: ENCHILADAS POBLANAS Mole, Memoria y Maíz en Cada Bocado

  • Foto del escritor: Chef Yerika
    Chef Yerika
  • 11 sept
  • 3 Min. de lectura


Enchiladas Poblanas de Pollo con Mole Tradicional, Queso Fresco y Crema Ácida
Enchiladas Poblanas de Pollo con Mole Tradicional, Queso Fresco y Crema Ácida

Las enchiladas poblanas no son un platillo cualquiera: son historia viva sobre un plato. Con su mole oscuro, espeso y cargado de especias, esta receta representa la riqueza cultural de Puebla y el ingenio de la cocina mexicana. Aquí las presentamos rellenas de pollo jugoso, bañadas en un mole profundo y dulzón, terminadas con queso fresco, crema y un toque de cilantro crujiente.

Origen y Significado

El mole poblano es uno de los estandartes gastronómicos de México. Nacido de la fusión entre ingredientes prehispánicos y técnicas coloniales, se dice que fue creado en un convento poblano con lo mejor de la despensa disponible: chiles secos, especias, semillas, frutos secos y chocolate.

Servido tradicionalmente con guajolote o pollo, este mole se ha adaptado con orgullo a las enchiladas, convirtiéndose en una versión generosa y cotidiana de una receta majestuosa. La combinación de la tortilla suave, el pollo desmenuzado y el mole profundo es reconfortante y festiva.

INGREDIENTES (4 personas / 8 enchiladas)

Para el relleno:

  • 2 pechugas de pollo cocidas y desmenuzadas.

  • 1/4 cebolla blanca.

  • 1 hoja de laurel.

  • Sal al gusto.

Para las enchiladas:

  • 8 tortillas de maíz (preferiblemente del día anterior)

  • 1 taza de aceite vegetal (para freír suavemente las tortillas)

Para el mole poblano casero (versión simplificada):

  • 3 chiles mulato.

  • 2 chiles pasilla.

  • 2 chiles ancho.

  • 2 cucharadas de ajonjolí.

  • 1/4 taza de cacahuates tostados sin sal.

  • 1/4 taza de almendras.

  • 1 tortilla de maíz tostada.

  • 1/2 bolillo o pan duro frito.

  • 1 plátano macho maduro frito (opcional, para dulzor)

  • 2 tomates medianos.

  • 1/4 cebolla.

  • 2 dientes de ajo.

  • 1 tablilla pequeña de chocolate de metate (o chocolate mexicano para mesa)

  • 1/2 cucharadita de canela.

  • 2 clavos de olor.

  • 3 pimientas gordas.

  • 1/2 cucharadita de anís.

  • 3 tazas de caldo de pollo.

  • 1 cucharada de manteca o aceite.

  • Sal al gusto.

Para servir:

  • 1/2 taza de crema ácida espesa.

  • 1/2 taza de queso fresco desmoronado.

  • Hojas de cilantro fritas o tostadas al horno.

  • Ajonjolí tostado (opcional)

PREPARACIÓN

1. Cocer el pollo. Hierve las pechugas con cebolla, laurel y sal hasta que estén suaves. Deshebra y reserva.

2. Preparar el mole poblano.

  • Quita semillas y venas a los chiles secos.

  • Fríelos ligeramente en aceite hasta que inflen. Hidrátalos en agua caliente durante 15 minutos.

  • Asa el tomate, cebolla y ajo.

  • Fríe los frutos secos, tortilla y pan en una cucharada de manteca.

  • Licúa todo junto con las especias, chocolate y un poco de caldo.

  • Cuela la mezcla y cocina en una olla con manteca por 25 minutos, a fuego bajo, moviendo constantemente. Agrega más caldo si es necesario para ajustar la textura. Sal al gusto.

3. Freír las tortillas ligeramente. Calienta aceite en una sartén y pasa las tortillas una por una por unos segundos para suavizarlas sin que se hagan crujientes. Escurre en papel absorbente.

4. Armar las enchiladas. Rellena cada tortilla con pollo, enróllalas y colócalas en un plato o charola caliente. Baña con abundante mole caliente.

5. Decorar y servir. Agrega crema en hilos, espolvorea queso fresco, coloca cilantro crujiente encima y, si gustas, un poco de ajonjolí tostado.

TOQUES DE CHEF YERIKA

  • Para lograr un sabor más profundo en el mole, agrega una cucharada de pasta de miso blanco o un chorrito de salsa de soya oscura durante la cocción final.

  • El cilantro crujiente se logra fritando las hojas limpias en aceite caliente por 3–5 segundos y escurriéndolas sobre papel.

  • Si el mole se prepara con anticipación, deja reposar una noche: los sabores se integran mucho mejor al día siguiente.

  • Puedes presentar este platillo como "Enchiladas de Mole con Pollo Confitado" si lo adaptas a un menú más elegante.

Estas enchiladas no solo alimentan, conmueven.

Su aroma, textura y profundidad evocan celebraciones, cocinas antiguas y manos amorosas. Es un platillo que honra la tradición sin miedo a reinterpretarla. Perfecto para una cena especial, una comida familiar o un menú que busque contar una historia con cada bocado.


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