Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility
top of page

LA RECETA DE LOS JUEVES: Tacos de Carnitas

  • Foto del escritor: Chef Yerika
    Chef Yerika
  • 20 jun
  • 3 Min. de lectura

Tacos de Carnitas
Del fuego lento al taco perfecto: tradición michoacana que se deshace en la boca

Pocas preparaciones encarnan con tanta fuerza el alma de la cocina mexicana como las carnitas. Crujientes por fuera, suaves por dentro y rebosantes de sabor, las carnitas son más que un platillo: son un ritual que se cocina lentamente y se comparte con alegría. Ya sea en ferias, reuniones familiares o taquizas, el taco de carnitas es una declaración de identidad nacional.

Un poco de historia

Originarias del estado de Michoacán, las carnitas surgieron como una forma de cocer carne de cerdo en su propia grasa (manteca), aprovechando cada parte del animal. La técnica tradicional implica un cazo de cobre, fuego de leña y paciencia. Durante la época colonial, el cerdo fue introducido por los españoles, pero las comunidades indígenas adoptaron esta carne con tal maestría que hoy en día las carnitas son un ícono nacional.

A través del tiempo, este método ancestral se ha refinado sin perder su esencia: cocinar lentamente para lograr una textura única. Se acostumbra servir las carnitas en tacos, acompañadas de salsas frescas, cebolla, cilantro, limón y, por supuesto, tortillas de maíz calientes.

Receta de Tacos de Carnitas Estilo Tradicional

Rinde: 6 porciones (aprox. 18–20 tacos) Tiempo total: 3 horas.

Ingredientes

Para las carnitas:

  • 1.5 kg de carne de cerdo mixta (maciza, costilla y un poco de piel)

  • 1 taza de manteca de cerdo.

  • 1 taza de jugo de naranja natural.

  • 1 taza de agua.

  • 1 hoja de laurel.

  • ½ cebolla blanca.

  • 2 dientes de ajo machacados.

  • 1 cucharadita de sal gruesa.

  • 1 cucharadita de orégano seco.

  • 1 ramita de tomillo (opcional)

  • Cáscara de una naranja (opcional, da aroma)

Para servir:

  • Tortillas de maíz calientes.

  • Cebolla blanca picada.

  • Cilantro fresco picado.

  • Limones partidos.

  • Salsa verde o roja al gusto.

  • Rabanitos o chicharrón extra (opcional)

Paso a paso

1. Preparar la carne: Corta la carne en trozos medianos, de aproximadamente 5 cm. Si usas costilla o piel, asegúrate de que estén bien limpias.

2. Fuego lento, sabor profundo: En una olla de fondo grueso o cazo grande, derrite la manteca a fuego medio. Añade la carne, la hoja de laurel, el ajo, cebolla, sal, orégano, tomillo y la cáscara de naranja.

3. Cocinar con líquidos: Agrega el jugo de naranja y el agua. La carne debe quedar apenas cubierta de líquido. Cocina a fuego medio-bajo, sin tapar, durante aproximadamente 2 horas. Durante este tiempo, la carne se cocerá primero y luego comenzará a dorarse lentamente en su propia grasa.

4. Dorado perfecto: Cuando el líquido se haya evaporado casi por completo, la carne empezará a freírse. Remueve de vez en cuando para dorar todos los lados de forma pareja. Este paso puede tardar 30–40 minutos. La carne debe quedar dorada por fuera y suave por dentro.

5. Deshebrar y servir: Con ayuda de pinzas o un tenedor, deshebra ligeramente la carne (sin deshacerla demasiado). Sirve sobre tortillas calientes y acompaña con cebolla, cilantro, limón y salsa al gusto.

Consejos de Chef Yerika

  • La mezcla de cortes es clave. No uses solo carne magra. Un poco de grasa y costilla aportan sabor y textura.

  • El jugo de naranja aporta dulzor y acidez, ayudando a ablandar la carne y a formar el característico dorado.

  • Cocina con tiempo y sin prisas. Las carnitas necesitan atención, pero el resultado vale cada minuto.

  • Si no tienes manteca, puedes usar una mezcla de aceite y un poco de mantequilla, aunque no será exactamente lo mismo.

  • El acompañamiento clásico: salsa verde cruda, limón y sal. No necesitas más para un taco perfecto.

Un taco de carnitas es más que un bocado: es un viaje a las raíces, al fuego lento, al campo michoacano y a las cocinas donde cada platillo lleva historia, técnica y corazón. Prepararlas es un acto de respeto a la tradición y una invitación al disfrute colectivo. Porque, al final, las carnitas no se comen solas: se celebran.

Opmerkingen


bottom of page